Cangas del Narcea: Hospedería-Restaurante del Santuario de Nuestra Señora del Acebo y Hotel Restaurante Marroncín en las Mestas

 

Escapada a dos lugares mágicos del concejo de Cangas de Narcea: El Santuario-Hospedería de la Virgen, Nuestra Señora del Acebo, y el idílico y sencillo, Hotel Restaurante Marroncín, en las Mestas, dónde se funden los impolutos ríos Cibea y Naviego y trabajan sin descanso dos héroes hosteleros, como son Charo y Fermín, sus propietarios, a los que rindo mi humilde homenaje ONG turístico virtual.

Fecha visita: octubre del 2012
http://www.asturiasenimagenes.com/full_fotast_148_marroncin_hotel_santuario_acebo_narcea.htm



Situado a más de mil metros de altura, posee unas vistas increíbles; el comedor es pequeño y pegado a la barra, pero cómodo y acogedor, tiene también una extensa terraza, algunas de las mesas con vistas privilegiadas.  

Restaurante Santuario del Acebo
El Acebo, 33819 Cangas del Narcea, España
Tel. 984 111 974


Mi particular loa a dos empresarios hosteleros ejemplares del concejo de Cangas del Narcea, sus nombres son: Fermín Antuña, que regenta la nueva Hospedería-Restaurante del Santuario de Nuestra Señora del Acebo, y su esposa, Charo Martínez, que desde 1968 mantiene con mucho oficio el idílico Hotel-Restaurante Marroncín, en Las Mestas, a 6 km de Cangas del Narcea, en la carretera AS-213, hacia el puerto de Leitariegos y donde confluyen los dos impolutos ríos, Cibea y Naviego, GPS: 43º 7'39" norte & 6º 31'32" oeste, y a 440 metros de altitud. Tel. 985 811 051 - 647 574 822.


El Santuario de Nuestra Señora del Acebo es el más importante centro de peregrinaje y oración del Sur-Occidente astur. Está a 12 km de Cangas del Narcea y a 1.180 metros de altitud.


Vista de la Basílica de Santa María Magdalena, desde el emblemático puente colgante de Cangas del Narcea, capital vitivinícola de Asturias. El mítico Santuario de Nuestra Señora del Acebo está a 12 km de Cangas del Narcea, a 1170 metros de altitud.  

La Virgen es la patrona de los Vaqueiros de Alzada y de todos los Desafortunados que en el mundo hay.



La visita al Santuario del Acebo es siempre impactante, sean o no Vaqueiros de Alzada, o infieles sarracenos como un servidor.



A la talla románica de Nuestra Señora, del siglo XIII, se le atribuyen muchos milagros, desde el primero documentado en 1575. En el año 2011 se finalizaron las necesarias obras de su principal acceso desde Cangas del Narcea y el valiente y veterano hostelero don Fermín Antuña, con el apoyo de los párrocos de Cangas, de quien depende este Santuario ubicado en la parroquia de Linares y de fondos comunitarios, "en el inicio de la gran crisis económica europea" se atrevió a realizar la inversión que supuso la nueva hospedería con dos comedores para 140 personas y la creación de cuatro nuevos puestos de trabajo.



 El 8 de septiembre se celebra la multitudinaria romería del "día de las promesas" y el domingo siguiente se festeja el "día de las ofrendas", con procesión y bendición del ganado.

Aunque como bien saben mis seguidores, por ser un corsario e infiel sarraceno, no puedo ser creyente, mantengo una afectiva y respetuosa relación con Nuestra Señora, la Virgen del Acebo, patrona de mis amigos, los sufridos y marginados "Vaqueiros de Alzada", y a mí, hotelero premium indignado, como a ellos, la Virgen nos otorga su divina protección.

He dedicado ya entre mis álbumes promocionales de la Asturias más salvaje, autóctona y desconocida, varios al bellísimo concejo vitivinicola de Cangas del Narcea, que es todo en sí, un museo etnográfico y natural, con impresionantes paisajes y con una gastronomía sencillamente sorprendente.

La sensible mujer de Fermín, Charo Martínez, que regenta el restaurante gastronómico regional y hotel Marroncin, en Las Mestas, desde 1968; es una supermujer de otra galaxia, que cocina con creatividad, sencillez, oficio y raíces, a la que admiro desde hace muchos años, en que tuve la suerte de conocer.


Barra y mesas del nuevo comedor de la hospedería del Santuario del Acebo, donde los propietarios del hotel-restaurante Marroncín, mis amigos Charo y Fermín, han diseñado una gastronomía con raíces en la Tierra de Cangas del Narcea


Moderno comedor en el primer piso de la nueva hospedería del Santuario de Nuestra Señora la Virgen del Acebo.

Su hotelito de cuatro habitaciones es sin duda uno de los más románticos de Asturias, donde se puede uno relajar después de una opípara cena, mecido por las aguas del río Naviego, o Luiña, que parecen sentirse pasando debajo de la mesita de noche.

Entre los comentarios de sus clientes que hay en internet, recojo la perla desestresante de uno de ellos, diciendo que en estos tiempos de zozobra económica era tal el placer del murmullo del agua, que no habían encendido ni la tele para encontrar la felicidad en estado puro.

Tienen módicas tarifas, cobrando por cualquiera de las tres habitaciones dobles con ducha, solo 45 euros, con desayunos e IVA incluido, por noche, y por la triple, que es inmensa y tiene baño en vez de ducha, 65 euros, también con desayunos e IVA incluido; vaya un regalo para el bolsillo y los sentidos.

La cena de escogido menú con raíces, cuesta 18 euros por persona y no olviden probar su artesanal vino, que hace casi perder el sentido.

Los calamares frescos en su tinta con arroz blanco, es una de las clásicas especialidades que elabora Charo.

Los escalopines de solomillo con queso azul de La Peral y patatas paja es uno de los platos de carne que habitualmente elijo.

El bacalao con pisto artesanal, los callos caseros, el pito de corral o el rabo de toro guisado al vino de Cangas son otras especialidades que tienen muchos admiradores.

El potaje y la fabada, son dos platos tradicionales que siempre se deben probar, pues en su elaboración hay pequeñas grandes diferencias según la mano que tenga cada guisandera y Charo es una primer espada, por aquello de que 'el arte del toreo bajó del cielo'.

El helado de cereza con chocolate negro, el helado de cacao con naranja o el helado de leche merengada con miel de caña son tres creativos postres de su carta.

Delicioso Pote Asturiano, a la huerta donde crecen las berzas y repollos gigantescos, con los que confeccionan este tradicional plato astur.

El cabrito guisado autóctono del concejo de Cangas del Narcea es un sabor para recordar y solo el mismo justifica cualquier lejano viaje.

Estos son los frixuelos rellenos de una pócima secreta, que casi me hacen levitar sobre la Sierra del Acebo.

El desayuno es también épico, con mermeladas de su huerta, de frambuesa o grosella, la mantequilla casera, con pan recién tostado y miel de los bosques del paraíso de Cangas del Narcea, sin olvidarnos del bizcocho con un sabor a limón salvaje, del que siempre tripito.

El lujo máximo de este sencillo entorno de postal es la cordialidad y clase humana de Charo y su marido Fermín, que seguro les hará volver.

Incluso los amantes de los animales pueden no perder su vital compañía, por la módica tarifa de 10 euros por mascota y noche.

Con la nueva autovía hasta Doriga, el acceso desde el centro de Asturias no les llevará mucho más de una hora y media, rodeados de preciosas imágenes del mítico río Narcea y los montes que lo rodean.

Y las fiestas de la vendimia en octubre son una gozada para el gusto y resto de etéreos sentidos, pues las gentes de Cangas son superacogedoras y con muchísimo encanto, les garantizo el enamoramiento, pues sus mujeres, en las que solo me fijo, de momento, son unos bellezones de flipar y se queda uno patidifuso, sin saber dónde dirigir la mirada.

Tengo en el barrio hortofrutícola de Obanca, justo a la entrada en esta entrañable villa, una amiga superespecial que se llama Pilar Coque y es una niña-mujer que mima las frutas que crecen en sus amplios huertos, junto al río Narcea, con la devoción que dedicaban a sus dioses las sacerdotisas del cultísimo pueblo heleno, aunque ahora estén en horas bajas, como nosotros.

También me prepara con la vieja fórmula del trueque (pues, entre nosotros, todo es casi etéreo), unas mermeladas ecológicas con sabores ya perdidos en la noche de mis tiempos, de vino, rosas y rock and roll.

No les quiero desvelar más secretos del concejo Sur-Occidental más grande y desconocido del Paraíso Natural astur, pues, leyendo despacito mi web, aparecerán casi todos.

Su sencillo hotelito y precioso restaurante gourmet rural no tiene web de momento, pues estos veteranos héroes que trabajan de sol a sol, no tienen tiempo para más, pero gracias a la fuerza de mi página, espero darles una mayor y bien merecida difusión.

Idílico lugar en Las Mestas donde se ubica el Hotel-restaurante Marroncín
Hotel Restaurante Marroncín
Las Mestas, 8, 33817, Cangas del Narcea (Asturias)
Tel. 985 811 051


Comedor del Restaurante Marroncín.



 


El Hotel Restaurante Marroncín goza de vistas al río Luiña y ocupa una bonita casa rural rodeada de plantas y árboles frutales. El establecimiento se encuentra en la localidad de Las Mestas y ofrece habitaciones con calefacción y baño privado.

Las habitaciones son modernas y tienen suelo de parquet, TV de pantalla plana y ventanas grandes con vistas al río. Se proporciona WiFi gratuita en las zonas comunes.

El restaurante del hotel Marroncín sirve platos elaborados con productos locales de temporada. También alberga un bar y una terraza amueblada. Además, se preparan almuerzos para llevar.

La localidad de Las Mestas se halla a 10 minutos en coche de Cangas del Narcea, donde los huéspedes encontrarán tiendas y restaurantes. Las pistas de esquí de Leitariegos están a 28 km, mientras que la reserva natural integral de Muniellos se halla a 15 minutos en coche.


El veraniego y delicioso rollo de bonito asado del Restaurante Marroncín.

Cuando llega el otoño, siempre voy a probar unas salvajes perdices con verdura, con un aperitivo previo de boletus edulis con jamón y unas croquetas de cecina, acompañado del vino que les elabora una experta enóloga de Carballo y de postre, la tarta de manzana reineta. Mi vida de gourmet al filo de lo imposible es realmente estresante y agotadora pero me gusta sufrir para que mis seguidores premium y mindunguis, disfruten después, reviviendo mis experiencias.

Ensalada de pimientos asados con leña y lomos de bonito.

El increíble bizcocho con sabor a limón, el requesón con higos o la tarta de queso con frambuesa son ya unos clásicos en su oferta gastronómica.

Helado de yogur con sopa de frambuesa y menta.

Si tienen estrés o duermen mal, les recomiendo que reserven una de sus cuatro habitaciones y después de la opípara cena, se dejen mecer por el tranquilizante sonido de la confluencia de los ríos antes mencionados








https://www.booking.com/hotel/es/restaurante-marroncin.es.html

Al fondo del valle se pueden apreciar algunos edificios de Cangas del Narcea. Muchos fieles andarines disfrutan haciendo esta larga y selectiva ascensión-peregrinaje al santuario, con parada obligada en la Fuente del Piojo.

Estos preciosos ejemplares de vacuno de la cooperativa de amigos de Fermín se relajan al sol en los pastizales de Linares, consiguiendo así ahuyentar las picaduras de las molestas moscas borriqueras.

En el pastizal de Linares, que está 200 metros más alto que el Santuario del Acebo, la niebla ayuda al increíble crecimiento de las coliflores, repollos y berzas, que tienen una cooperativa de amigos agro-ganaderos de Fermín y aportan al pote su punto especial de sabor.

Estas son las vides soleadísimas en la aldea de Carballo, cerca de Las Mestas en la carreterina a Genestoso, donde una joven xanina enóloga astur prepara un delicioso néctar que mis amigos Charo y Fermín decantan y sirven en su increíble Restaurante Marroncín, que es mi máximo favorito del concejo de Cangas del Narcea.

En Ponticiella, a 1 km de Las Mestas, donde se ubica el increíble Restaurante Marroncín, participé en el rito familiar de la Vendimia de octubre, recogiendo 700 kg de uvas Mencía y Albarín blanco que se convertirán en 500 litros de buen vino de calidad, de Cangas.

De las 160 variedades de uvas que hay en España, las 9 bodegas que embotellan el delicioso caldo bajo la identificación geográfica "vinos de la tierra de Cangas", mayormente utilizan las uvas carrasquín, albarín blanco y negro y verdejo negro o tinto.

El museo etnográfico del vino es una cultural e interesantísima visita obligada para conocer los orígenes de esta delicia para exclusivos paladares gourmet.

La fiesta de la vendimia se celebra durante tres días el primer o segundo fin de semana de octubre y tiene un ambiente casi sobrenatural, que seguro les encantará.

Esta es la casería de Obanca, rodeada de flores, donde viven dos xaninas con mucha clase, que son mi admirada Pilar y su sabia madre. El perfecto PH de sus tierras, unido a la profundidad de sus raíces y a los limos poco calizos que les aporta el colindante río Narcea, ayudan a conseguir unos frutos de artesanal exposición.

Estas prodigiosas e impolutas dalias decoran la casa en Obanca de estas también dos sensibles heroínas, que disfrutan viendo crecer la mejor fruta que se cultiva artesanalmente en Asturias.

Estos son árboles de pavía Baby Gold 5, que maduran en los primeros días de agosto.

Las pavías y melocotones son de origen chino pero fueron los romanos quienes las empezaron a cultivar en Hispania. Durante la parada invernal soportan hasta veinte grados bajo cero, pero las heladas tardías primaverales les perjudican mucho.

Estos son los primerizos melocotones sotolan, que la sacerdotisa agrícola, Pilar Coque, cultiva con primor en sus huertos de Obanca, junto al río Narcea.


El romántico y brumoso viernes 26 de octubre del 2012 decidí acercarme a Cangas del Narcea para vivir su embrujo otoñal y conversar con mis amigos hosteleros Charo y Fermín, que son los dueños del restaurante e idílico hotel Marroncín, en Mestas, desde donde se divisa la subida al Puerto de Leitariegos, y recoger un poco de dulce de membrillo, que siempre me regala de los frutales de su Casería de Obanca, justo a la entrada de Cangas, mi predilecta xanina y artesanal agricultora, Pilar Coque.

Siempre les comento que hago una parada regeneradora, del cuerpo y el espíritu, en el chigre-bar-tienda de productos para la pesca de truchas y artesanía de Llamas de Mouro, Casa Enrique en Pilotuerto, que se ve al fondo de la preciosa foto del embalse Magico del río Narcea.

He compartido con mis amigos Charo y Fermín del restaurante-hotel Marroncín un almuerzo degustación, con varios tipos de setas de los bosques Cangueses y un pequeño y variado postre, para probar las artesanales mermeladas que elabora Charo, de piescos de viña, de grosellas, de moras y de higos, acompañados de un requesón asturiano exquisito.


La foto que les regalo con las brumas del Puerto de Leitariegos al fondo es del interesantísimo Museo Etnográfico del Vino de Cangas del Narcea, que les encantará visitar cuando viajen a descubrir este paraíso desconocido del sur-occidente astur.

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